Canto a las madres de la Sierra de Piura

Caminan a paso firme. Son madrugadoras por naturaleza. Inician su jornada a las 5 de la mañana, quizás motivadas por un espíritu emprendedor y el deseo de mejorar cada día su papel de madres. Si se trata de cumplir un compromiso o asistir a una capacitación, las distancias entre un caserío y otro no se lo impiden. Ni el frío de las heladas montañas amilana sus corazones. Ellas son sabías y actúan con criterio y sentido maternal: son las mamitas de nuestra tierra.

Piura | Habitan en el distrito Lalaquiz, de Huancabamba, en la parte alta de la subcuenca Bigote. Viven llenas de alegría natural que se manifiesta en su ropa multicolor en la que mezclan: rojo, azul y fucsia, por ejemplo, y de gran coraje para enfrentar las dificultades de la vida. Así iniciaron la travesía hacía Tunal, capital de su distrito. Su meta es asistir al taller: Familia y Comunidad, organizado por el Programa Juntos   y el proyecto DER Lalaquiz – Los Ranchos que financia la fundación Albihar, la Diputación de Jaén y la Junta de Andalucía. Lo ejecutan la Asociación fomento de Investigación y acción para el Desarrollo (FIAD)

¡QUE LINDO ES SER MADRE!

Las madres de los caseríos de la zona alta del distrito de Mayland y San Lorenzo, nos sorprendieron son su fortaleza y capacidad de compromiso, aunque el clima lluvioso las hizo batallar con el barro y los charcos. “Se trata de venir y lograr un buen aprendizaje para todos nosotros.  Como madre me siento feliz y quiero ser un ejemplo como lo fue mi madre” nos dice Bertina Neira García del caserío Yipta.

Cuando les preguntamos a las madres de Lalaquiz ¿Qué es lo mejor de ser mamá? Las respuestas son variadas, pero coinciden en la responsabilidad del cuidado de los hijos, del hogar. “Lo más bonito es lavar a mis hijos, limpiarlos, cuidarlos y mandarlos al colegio” dice Marina Ruiz García, de San Juan de San Lorenzo. “Una madre debe ser como una gallina, sea uno o sean muchos sus pollitos, por todos se esfuerza, a todos protege y les busca alimento”, expresó otra de las madres, mientras el resto asentía y sonreía ante la respuesta. Era un mensaje de esperanza y dedicación que todas las madres dan a cada uno de los hijos.

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